jueves, 6 de octubre de 2011

! Diferencias SI hay !

El grueso de la población de Medellín considera que la principal necesidad es la seguridad. Lejos está la preocupación por el empleo; lo dicen todas las encuestas de opinión o percepción. En los foros de candidatos – demasiados y cansones- el primer tema con el que saludan a los aspirantes es la seguridad. Es el tema que más tiempo ha demandado en la actual campaña, y alrededor de las cifras deterioradas encontraron los enemigos de la administración municipal, el mejor filón para explotar. Alonso Salazar reconoció, a pesar de sus evidentes esfuerzos, que allí estuvo su mayor dificultad.

Todos los candidatos a la alcaldía han tenido propuestas en seguridad. Pero para algunas personas, expertos entre ellas, no hay diferenciación entre los candidatos con mayor opción. Si la hay.

Para Aníbal Gaviria, si la seguridad es el principal problema de la ciudad, justo es que haya una unidad administrativa dedicada exclusivamente al tema: la Secretaría de la seguridad. Así como hay una Secretaría para la obra pública, el bienestar social, el desarrollo social, la salud o la educación. Es la misma estructura del gobierno nacional: la seguridad del país y la población, no depende del Ministerio de Gobierno, sino del Ministerio de Defensa. Actualmente, la seguridad depende de la Secretaría de gobierno municipal, creada el 23 de junio de 1936. ¡Hace 75 años! Con mayor énfasis en la prevención y la convivencia, tal como se puede colegir de la estructura de la Secretaría hoy en día: un Secretario y tres subsecretarías sobrecargadas de programas y acciones (Orden civil, Espacio público y Apoyo a la justicia).

Además de estar al tanto de las tres subsecretarias y de la ejecución de un voluminoso presupuesto anual (cerca de 150.000 millones en 2011), la relación con la fuerza pública la asume directamente el Secretario (y el alcalde). Escasamente, el funcionario tiene tiempo para asistir a los consejos de seguridad, focalizar los recursos, mayoritarios, para el ejercicio de la autoridad y recibir los reportes diarios de la policía. Hay poco espacio para la planeación y prospección de la seguridad.

El dolor de cabeza de la seguridad en la ciudad, amerita una unidad con nivel de Secretaría dedicada con exclusividad al tema. El secretario de Gobierno puede dedicarse a otros muy importantes temas –transversales como la seguridad- como la convivencia, los derechos humanos, paz y reconciliación, atención a las víctimas, población carcelaria, espacio público, justicia, cultura de la legalidad y la participación etc.

Aníbal Gaviria acertó con su propuesta de crear la Secretaría de la seguridad articulada a una visión global y social de generación de oportunidades para los jóvenes y la familia. Nada tiene que ver con una postura simplemente represora.

Hay otra diferencia clave y grave con Luis Pérez: comprar la guerra y negociar con la criminalidad. Luis Pérez ha propuesto que se debe abrir un nuevo proceso de negociación para el sometimiento de las estructuras delincuenciales organizadas. Suena interesante y de pronto es necesario concebir esa posibilidad, como un componente de una política con el gobierno nacional al mando. Pero la pregunta es ¿proceso de negociación resultado de qué? Luis Pérez no lo ha dicho, pero los hechos lo delatan: hay una alianza en curso en la ciudad de cara a las elecciones de octubre que explica el apoyo de sectores delincuenciales a la aspiración de Luis. Basta leer lo que dice la revista Semana de este domingo último con el siguiente link: http://www.semana.com/nacion/veto-campanas/165077-3.aspx