martes, 16 de noviembre de 2010

Los muertos están más vivos

Jorge Mejía Martínez
jorgemejiama@gmail.com

La frase: “Los muertos que vos matáis, gozan de buena salud” se la atribuyen, con cierta discusión, al escritor José Zorrilla supuestamente expresada por el personaje central de la obra clásica del teatro español “Don Juan Tenorio”. A pesar de la incertidumbre señalada, bien podemos emplear la apostilla de Don Juan para trasladarnos en tiempo y espacio, situándonos en el mundo actual, para comentar los efectos de la primera gran encuesta realizada por la universidad de Medellín, sobre las preferencias para la Alcaldía de Medellín y la gobernación de Antioquia. En el partidor, arrancan de primeros con notable ventaja, Aníbal Gaviria y Sergio Fajardo, después que muchos los vieran enterrados como consecuencia de sus derrotas recientes en los escenarios nacionales. “La casualidad se manifiesta de forma más notable cuando las circunstancias improbables ocurren en realidad” dijo el sociólogo Nicholas Rescher. La posibilidad cierta de lo impensable, tiene con dolor de cabeza a más de uno en los pasillos y oficinas publicas y en los corrillos de los políticos locales. En el Encuentro de líderes de occidente, del pasado fin de semana, no se habló de otra cosa. Ni siquiera del crudo invierno que nos desvela.

Aníbal Gaviria sería un excelente Alcalde de Medellín. Juventud y experiencia con logros suficientes para ser declarado durante todo el cuatrienio 2004-2007 como el mejor gobernador del país. Decente en el manejo de los recursos y compromisos públicos; coherente en su postura de que la mayor obligación de la dirigencia colombiana es la lucha frontal contra la inequidad y la exclusión, origen de muchos otros problemas nacionales. Sus pocos enemigos políticos – cada vez más pocos, por la acción de la justicia o los electores- más anclados en su partido liberal que afuera, no le perdonan su postura de no claudicar ante la politiquería o el clientelismo. Lo mismo que sí le premiaron los antioqueños.

A diferencia de las contiendas anteriores, Luis Perez no arranca de puntero. Está rezagado. Lo que para algunos candidatos puede ser un buen augurio, no salir adelante en la campaña, para el ex alcalde puede ser una tragedia: es el costo inevitable de acumular tanta des favorabilidad encima, estimuladora del voto en contra de. A diferencia de 2007, Luis perez no acumulará a su alrededor el apoyo de la maquinaria política local, atomizada en varias candidaturas furibistas; tampoco el querer de la opinión. Omar Flórez es un candidato respetable, serio, sin equipo. Cambio Radical no encarna las simpatías que despierta German Vargas Lleras. Puede ser un buen animador, si desde Bogotá no llega otra orientación más cercana al aspirante liberal. Gabriel Jaime Rico, merece una mejor suerte. Se ha preparado para gobernar, pero no para competir. No ha aprovechado sus fortalezas de hombre joven y dinámico, por correr con otros tras la esquiva e inútil bendición de Uribe Velez. Los electores de Medellín no ven con buenos ojos el trasteo intempestivo de Luis Perez del Partido Liberal hacia la U, lo mismo de Gabriel Jaime desde el partido conservador. En la U les ha llovido mucha escoba. Dario Montoya pasó de buen ejecutivo a ingenuo candidato, convencido de que en Medellín todavía juegan los señalamientos milagrosos. Respecto a los concejales y ex concejales aspirantes, no sobra recordarles que en nuestra ciudad franquear el paso del recinto del Concejo al despacho de la alcaldía municipal, ha sido un imposible hasta ahora.

Para la gobernación de Antioquia el resultado de la encuesta fue demoledor: Fajardo gana cabalgando. El problema del llamado uribismo es que tiene candidatos que no sintonizan la simpatía popular del ex presidente. Y el actual gobernador del departamento se dedicó a demoler las fortalezas de la colectividad azul; su candidato no es reconocido en las huestes conservadoras. Tampoco por fuera. Habrá debacle.

Pero los aplanchados con la encuesta pueden respirar algo tranquilos. Ni Aníbal Gaviria, ni Sergio Fajardo, han anunciado sus candidaturas. Están trotando. Fue circunstancial el que los encuestadores ubicaran a uno y otro para la alcaldía o la gobernación. Lo que sí puede generar temor en sus contradictores, como esperanza en sus simpatizantes y en la región, es que ellos dos son los antioqueños que hoy pueden aspirar con éxito a cualquiera de las dignidades en juego en 2011. Y para acabar de ajustar son amigos.