martes, 21 de junio de 2011

La contienda de las formulas

La disputa electoral del 30 de octubre ocurrirá entre formulas para alcaldía y gobernación.

Un solo partido, La U, tiene candidatos a una y otra responsabilidad, pero hoy, sin chance alguno. Enconchado en sí mismo, rechazó cualquier posibilidad de alianza a pesar de que las encuestas muestran a sus aspirantes más pegados del suelo que del techo. Son dos nombres de jóvenes políticos, Carlos Mario Estrada y Federico Gutiérrez, sin trayectoria negativa alguna, pero sin la polenta suficiente para ganar sin coequiperos fuertes de otros partidos. Álvaro Uribe sigue siendo un entusiasta defensor del acuerdo con el PC, que naufragó en las turbulencias desatadas entre los azules por culpa de los escándalos de corrupción en el gobierno departamental y por la apatía de los dirigentes de La U quienes jamás fueron convocados. Un pacto U-PC parece imposible porque Luis Pérez se atravesó en la mitad.

La otra fórmula es la de Álvaro Vásquez, gobernación y Luis Pérez, alcaldía. Su fortaleza es el reconocimiento popular de Pérez y una maquinaria aceitada desde la gobernación a favor de Vásquez. Su mayor debilidad es la des favorabilidad acumulada entre los sectores de opinión. Es la fórmula de la incoherencia política. Vásquez apareció inscrito en la consulta conservadora de un momento a otro a pesar de su ausencia de militancia en el partido azul. Ganó la consulta, pero tiene embolatado el aval. Luis Pérez, también vive su propio drama. No ha podido conseguir aval. Puerta tras puerta se le cierra. Ejerció como liberal la alcaldía; luego aspiró por firmas hace cuatro años; el año anterior buscó refugio en el partido de La U escudado en la campaña presidencial de Santos; intentó retornar al liberalismo, braveando a Rafael Pardo, quien no lo recibió; se puso la camiseta de Cambio Radical a destiempo porque luego en Bogotá dijeron que no. Ya dice que no quiere ningún aval y se refugia en las firmas. Lo de la Unidad Nacional le suena a cuento.

Luis Pérez, el más reconocido candidato de la maquinaria política en Medellín, no tiene quien le dé el aval.

Aníbal Gaviria y Sergio Fajardo, configuran la otra fórmula para el 30 de octubre. Jóvenes, ex mandatarios exitosos, ex precandidatos presidenciales, ex vice candidatos presidenciales. El nombre de fajardo no ha bajado del 50% en las encuestas de intensión electoral y sus contendores patinan en sus propias vicisitudes, despejando cada vez más el camino para el candidato verde. Gaviria, candidato Liberal a la alcaldía, no cede tampoco en la favorabilidad de la opinión local y sus audacias políticas, una tras otra, lo van consolidando como el más fuerte aspirante. Esta fórmula ha puesto la posta de la competencia muy lejos para los otros candidatos.

Pero oscuros nubarrones que pueden afectar la campaña, flotan en el horizonte. Será una campaña corta, intensa y cruzada por las amenazas y la propaganda negra. El falso rumor será el recurso de quienes hoy se sienten perdedores.

Algunos grupos armados ilegales, van a tratar de influir en los resultados. Ya lo han demostrado con el asesinato de varios candidatos a alcaldías locales. Su presencia se sintió con fuerza en el periodo de inscripción de cedulas. Será también una campaña cruzada por la puesta en marcha de la ley de víctimas y la restitución de tierras, que estremecerán, eso esperamos, las estructuras mafiosas de los dueños del poder del campo, que actúan, muchos de ellos, desde las ciudades.