martes, 27 de julio de 2010

Inseguridad, mafia y narcotráfico (2)

Jorge Mejía Martínez
Jorge.mejia@une.net.co

El 14 de julio el diario El País de España publicó el último reporte conocido de la lucha de las autoridades Italianas contra la mafia: “Los 305 miembros de la 'Ndrangheta calabresa arrestados ayer, de los que más de 150 vivían y actuaban en Milán y alrededores, han levantado la tapa de una olla que los analistas sabían que estaba en ebullición desde hacía tiempo. Que las mafias han extendido sus tentáculos hacia las ricas regiones del Norte, ampliando su negocio que va desde el tráfico de drogas hasta las obras públicas, la sanidad y la política, es algo conocido, en un país donde las organizaciones criminales constituyen la empresa más productiva (más que la Fiat) y facturan el 7% del PIB (90.000 millones de euros). Y que la calabresa desempeñara el mayor papel, también se sabía… Uno de los factores más llamativos es la sujeción del mundo empresarial lombardo a los capi. Bocassini desveló ayer cifras increíbles. "En los últimos tres años en Lombardía se llevaron a cabo 130 atentados incendiarios contra empresas locales, 70 episodios de intimidación y amenazas con armas o explosivos. Nadie denunció ni uno de estos hechos". El silencio y el miedo eran completos”.

Por acá no escampa. De las mismas manos y bajo las mismas estructuras piramidales, en nuestro territorio se reproducen a diario: el control sobre el narcotráfico, el microtráfico, los cobros de deudas, el prestadiario, financiación de entidades deportivas y deportistas, auspicio de campañas políticas y políticos, pagos a servidores públicos corruptos uniformados o no, construcciones de edificios al costo que sea, etc, etc. El mercado absorbe, para legalizar y bendecir, todo tipo de recursos financieros sin mirar de quien. Son pocos y muy de malas los que se dejan coger por las autoridades.

EL DAS acaba de realizar un estudio sobre la extorsión en el Colombia; manifiesta que en los últimos 18 meses se han presentado 1.098 casos de extorsión y que los más afectados son los comerciantes. ¡Imposible! La intimidación es muy superior. La gente no denuncia. La extorsión se volvió una actividad lucrativa y poco riesgosa en buena parte del territorio nuestro. Desde muchos tenderos, celadores de barrio, casinos, transportadores y contratistas oficiales, salen las forzadas vacunas como goteras o goterones, para financiar la criminalidad organizada. En las comunas las bandas y combos permiten que los líderes sociales denuncien los homicidios y las violaciones de los derechos humanos, que saquen comunicados y hagan marchas, pero no permiten que se haga bulla con la extorsión o la vacuna. Son sagradas e intocables. En este campo tampoco es posible creerle al DAS.

Me escriben sobre este tema dos lectores, cuyos comentarios enriquecedores quiero compartir con los demás lectores: “El estudio no sólo debe hacerse sobre las acciones y el modo de operación de las bandas y las mafias. También se deben estudiar, analizar y visibilizar la mentalidad y el imaginario. Su reproducción y sustento es lo que permite que se perpetúe su presencia y accionar. En este sentido, la mentalidad mafiosa está presente en todas las actividades sociales, económicas y políticas de la idiosincrasia paisa. Que también está muy ligada a criterios feudalistas, fundacionales de las culturas paisas: campesina y urbana. Si bien algunas expresiones sociales, económicas o políticas no configuran delitos, si se realizan bajo mentalidad mafiosa: grupos y familias que están apoderados de ciertas actividades, decisiones tomadas por élites o señores omnímodos y autócratas, conservación y perpetuación del status quo. Esta sociedad propicia el caldo de cultivo adecuado para que existan y se reproduzcan estas acciones y males.” WHR.

Y “Ahora, sobre el tema de reflexión grosso modo estoy de acuerdo…habría que agregar un par de asuntos; el narcotráfico jerarquiza la delincuencia por su importancia económica social y política; es, en viejas (y ciertas) palabras “la contradicción principal”; existen otros aspectos de ese problema principal como la corrupción y la delincuencia de cuello blanco nacional e internacional; peor aún, su solución no está acá; está en la esfera internacional. Me parece pues de gran importancia llamar la atención sobre el asunto de la solución tomando la comisión de Naciones Unidas que trabajó sobre el tema (Gaviria, Zedillo y Cardozo) para convocar la discusión del fracaso de la estrategia internacional contra las drogas. Una vez establecida esta jerarquización y articulación de problemas, devolvernos hasta el nivel barrial, para la toma de decisiones que es no sólo de policía sino de participación social, popular, estatal para lo referido a sacar a los muchachos de las esquinas hacia el colegio, el Sena, la Universidad etc.”CGA

Mientras las autoridades más se demoren en reconocer que la pelea no es contra una organización delincuencial de barrio o de comuna, dedicada tan solo al narcotráfico, sino contra una red multifacética y poderosa, con fuertes lazos sociales, políticos y económicos, en amplios sectores de la sociedad, más sudorosa y sangrienta será la conquista de la seguridad urbana.